
Algunos de sus beneficios son:
- Enriquecen la educación mediante experiencias inmersivas.
- Estimulan la interacción, creando mayor interés en el usuario.
- A través de la simulación práctica, se ofrece la oportunidad de “aprender haciendo”.
- Se establece un compromiso por parte de los participantes.
- Aumentan sustancialmente los niveles de adquisición y retención de conocimiento.
- Mejoran el desarrollo de competencias y habilidades.
- Se aprende de los errores, ya que éstos no tienen efectos reales.
- El aprendizaje se vuelve más atractivo y placentero.
- Promueven una enseñanza más activa y autónoma.
- Capacidad para tomar decisiones y resolver situaciones problemáticas.